• Los hallazgos son producto del trabajo de un grupo de académicos quienes desde hace décadas realizan un inventario florístico de la sierra de Manantlán.

Autlán, Jalisco. 20 de junio de 2018.-Investigadores del Centro Universitario de la Costa Sur (CUCSur), con sede en Autlán, han descubierto y clasificado nuevas especies de jitomate, agave, nopal, tuna y que podrían ayudar a mejorar las semillas, la resistencia a enfermedades y los cultivos de las especies comerciales de estos productos.

Estas plantas son completamente endémicas, es decir solo se pueden encontrar en las montañas de la zona de la Costa Sur de Jalisco y el norte de Colima, explica el doctor Ramón Cuevas Guzmán, investigador del  CUCSur y uno de los académicos que se dedican a registrar la flora de la región.

Los hallazgos fueron posibles gracias al trabajo que un grupo de académicos han realizado desde hace décadas para realizar un inventario florístico de la sierra de Manantlán, como parte de los estudios del Instituto Manantlán de Ecología y Conservación de la Biodiversidad, pero que recientemente abarca también parte de la zona montañosa de la región.

Con el trabajo de observación de campo, los investigadores descubrieron en 2016 una nueva especie de jitomate de unos 6 centímetros de diámetro, que los investigadores nombraron solanom edmundois, que se encuentra en la Sierra de Cacoma, cercana al municipio de Autlán.

La verdura es parecida al jitomate comercial, pero tiene la particularidad de poseer una cáscara dura, explica Cuevas Guzmán.

“Tienen una cascara dura, eso podría ser una bondad no para comerlo, pero sí para hacer que el jitomate durara más tiempo. A lo mejor pasando algo de esta especie al jitomate cultivado nos ayudaría a que durara más tiempo antes de echarse a perder”, afirmó.

También en ese año encontraron una nueva especie de agave cuya característica principal es que habita en las en las altas montañas de la Sierra de Manantlán, un aspecto raro, ya que este tipo de cactáceas tienen su espacio en partes bajas y lugares secos.

Aunque los investigadores registraron de manera científica las características de esta planta aún falta realizar estudios más amplios para conocer quiénes son sus polinizadores, sus aspectos ecológicos, cuánta mezcalina (alcaloide que compone el mezcal) tiene, cómo es la fibra y los usos potenciales que  puede tener para la producción de bebidas alcohólicas.

Gracias al monitoreo constante de las zonas montañosas de la región en 2017 una nueva especie de nopal que produce tunas de mediano tamaño y de espinas largas, al cual llamaron opuntia cetocarpa.

“También es endémica de la Sierra de Cacoma y podríamos estar trabajando su  mejoramiento, primero ver la utilidad de la penca como nopal y segundo ver cómo se puede mejorar el fruto”, explicó.

Cuevas explica que tener registro científico y conocer la ubicación en la que se desarrollan estas especies servirá para que otros especialistas realicen nuevos estudios para conocer cómo se pueden aprovechar estas plantas y sus frutos.

“Todas esas especies primero pueden ser, por sí solas, fuente de utilidad para el hombre para consumo directo y segundo pueden ser fuente genética, para el mejoramiento de otras especies, así que todo esto que hallamos aquí representan oportunidades potenciales para quien le interese la parte genética, la parte ecológica, la parte fitogeográfica, ahí están para trabajar”.