• El Simposium de Educación del ITESO arrancó con la conferencia de Manish Jain, quien cuestionó los sistemas educativos tradicionales.

Todo lo que le gustaba hacer de niño a Manish Jain era “extracurricular”: emprender negocios, escribir en el periódico escolar, practicar deportes con sus amigos. Nada que ver con los esquemas de la Educación que estaban preestablecidos.

“Aquello me acercaba a la comunidad, a la gente, a los problemas reales y aprendía muchísimo, pero me decían: ¡ponte a estudiar y deja de hacer todo eso!”, recuerda que le exigían sus familiares, profesores y el mismo sistema educativo de Estados Unidos. Llegó a este país con tres años procedente de India, de la mano de sus padres, él ingeniero y ella médico, quienes migraron en busca de mejores oportunidades laborales y de educación.

Con los años, las cosas no mejoraron demasiado para el conferenciante inaugural de la vigésimo tercera edición del Simposium de Educación ITESO, titulada “Educaciones alternativas y transformación social para cambiar el mundo”.

Académicos que sabían y hablaban mucho, pero no lo ligaban a su vida cotidiana (knowing versus being), escuelas que minaban la imaginación y creatividad de los estudiantes u organizaciones como la propia UNESCO (ahí trabajó en la iniciativa Learning Without Frontiers) que parecían saber mejor que las propias comunidades cuáles eran los problemas que se debían resolver.

Perdió la fe en los gobiernos, en las instituciones tradicionales, en la tecnología, en los académicos, en los expertos que cobran para resolver los problemas del mundo. Se alejó de todo y se fue a India a vivir con su abuela analfabeta.

Lo más importante por hacer hoy, si queremos reimaginar y repensar la educación, es estar dispuestos a involucrarnos en el proceso de ‘desaprender’ [unlearning]”, afirmó Jain a los investigadores, estudiantes y orientadores ahí reunidos.

¿Cómo? Su hija de 14 años, por ejemplo, jamás ha asistido a la escuela, lo cual es congruente con el movimiento del cual Jain forma parte, llamado Walk Out y que promueve que los padres saquen a sus hijos de las escuelas.

En India reúne a un grupo de personas y, sin dinero, comida, celulares o planificación alguna se va con ellas a recorrer comunidades.

Para Jain, involucrado en proyectos como Schooling the World y The People’s Institute for Rethinking Education (http://www.swaraj.org/), los principales problemas de la manera en que la sociedad entiende la educación tradicional son la compulsión (obligar a los estudiantes a hacer cosas), la necesidad de poner a competir a las personas; la mercantilización que ve a la educación como un simple producto que se compra y se vende, lo que llamó monoculture, es decir, la estandarización de una sola forma de enseñar y aprender y, por último, la fragmentación del conocimiento.

Jain contó la historia de un perico iletrado e hiperactivo, la cual creó inspirándose en una narración de Rabindranath Tagore, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1913.

Vivía en una jaula de oro y la idea era brindarle una McEducation (educación tipo McDonald’s) que lo convirtiera en un animal eficiente y obediente. No había que escatimar recursos y en la educación del perico participaron el Banco Mundial, investigadores de Harvard, Apple, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y el informe de su Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA, por sus siglas en inglés), pero nada funcionaba. El perico sólo quería abandonar la jaula.

“Tanto que gastamos en tu educación y ni siquiera te importa; estás desperdiciando tu vida y no tienes futuro. ¿Les suena familiar?”.

Los sabios quisieron hacer sentir culpable al perico, al que le habían arrebatado su instinto y sus ganas por aprender cosas nuevas, hasta que terminó deprimido, medicado, pensando que era un mal estudiante y sin ganas de dejar la jaula incluso con la puerta abierta.

Jain remató: “Como el perico, perdemos el instinto de querer ser libres, de aprender sin necesidad de instituciones. A veces ya ni vemos la jaula”.

La educación cambia a las personas que van a cambiar el mundo

Ante un presídium integrado por José Morales, SJ, rector del ITESO; Gisel Hernández, directora general académica; Francisco Morfín, director del Departamento de Psicología, Educación y Salud del ITESO, y el propio Jain, Guadalupe Valdés, coordinadora del simposium, afirmó que una de las ideas centrales del encuentro es que “lo educativo es mucho más de lo que sucede en la escuela. Es por ello que la apertura, las alianzas, la colaboración y la sinergia cobran sentido”.

Valdés pidió a los asistentes “apertura para aprender con y de los otros, con la gente en el mundo, en la vida cotidiana, con sus experiencias y con sus vivencias”.

La académica recordó a los asistentes que la educación alternativa presenta retos, pero también un sinfín de oportunidades, ya que se concentra en las condiciones y necesidades de cada persona y comunidad en aras de resolver problemas  complejos, como el deterioro del medio ambiente, la violencia, la discriminación, la intolerancia, la injusticia y la pobreza.

El Rector del ITESO subrayó que la educación es una herramienta insustituible si se pretende transformar la realidad de México y el mundo.

“Sin un proceso educativo el país no va a cambiar, el mundo no va a cambiar; cualquier tipo de educación tiene que ser transformador de la persona si es que queremos hacer de nuestro mundo un mundo más justo, más incluyente y más equitativo”, afirmó Morales.