• Crónica de una violación a los derechos humanos por parte del Ayuntamiento de Tanhuato y SEDESOL
  • Texto y Fotos por Carmen Trejo Lara

Tanhuato, Michoacán. 15 enero 2017.-  De nuevo la injusticia y prepotencia ganó terreno ante los más desprotegidos, algo tan simple como avisos en forma de papeles pegados en cada una de sus puertas fue la manera en como los jornaleros agrícolas migrantes se despidieron del albergue de Tanhuato.

Jornalero 1: “No tiene caso, mejor ya nos vamos. Si nos están amenazado, mejor ya nos vamos”. Menciona ya con sus pertenecías fuera del albergue y con el mayor desanimo que se puede percibir.

El municipio de Tanhuato recibe a los jornaleros agrícolas migrantes cada año, jornaleros que buscan en los campos tanhuatenses esa oportunidad de trabajo que sus pueblos natales les ha negado. El albergue es el hogar con el que ellos y sus familias no cuentan durante este lapso de tiempo. Aún con esto lo único que continúan encontrando son dificultades: malas pagas, falta de mejores oportunidades y en esta ocasión abusos y amenazas por parte de quienes se suponen debían protegerlos.

El continuo cambio en la producción del campo ha sido factor de transformación en el fenómeno de migración de los jornaleros. Antes el ciclo agrícola se encontraba muy marcado en una temporada de los meses agosto a diciembre. No obstante, el ciclo se modificó, los jornaleros arriban a los campos tanhuatenses desde el mes de marzo, y el periodo otoño-invierno se convirtió en la temporada alta y de mayor concentración de los migrantes.

Por lo regular la mayoría retorna al finalizar esta temporada a sus lugares de origen o migran a otro municipio para continuar con la búsqueda de trabajo, aunque también no es sorpresa que algunos se queden en Tanhuato debido a que, tal vez, continúan trabajando en los campos, ya no en la cosecha, pero sí preparando las tierras para la próxima temporada de siembra. Otro motivo de su permanencia es que sus posibilidades económicas no les permitan regresar o moverse en busca de un mejor trabajo.

Esos pudieron ser los casos de las siete familias que se encontraban en el albergue la mañana del 11 de enero, algunos fuera de sus cuartos juntando de a poco sus cosas, otros dando vueltas por el lugar sin encontrar consuelo ni respuestas. Pues una lucha que habían comenzado desde hacía casi un mes claramente ya tenía un ganador.

Aviso de Desalojo del Albergue de Jornaleros en Tanhuato

 INICIAN LAS QUEJAS

 14 de diciembre de 2016. Se presentaron las primeras inconformidades contra las autoridades el municipio de Tanhuato por el supuesto próximo cierre del albergue por periodo vacacional y no hasta la conclusión del ciclo agrícola como se hacía comúnmente. Además del aparente cierre los jornaleros manifestaron su descontento ante el cobro de $35.00 pesos semanales por persona y las malas condiciones en que se encontraba operando el albergue.

Para estas fechas la población era de alrededor de 50 personas, un poco más del 10 por ciento de la capacidad máxima que albergue llega a tener durante la temporada alta, según datos del visitador de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, Víctor Villanueva, quién durante el mes de julio había realizado una inspección a las condiciones del inmueble, declarándolo aceptable para vivir pero donde también emitió unas recomendaciones a las autoridades para su mejora en los servicios de luz, drenaje, agua y limpieza del lugar.

EL COBRO

 15 de diciembre de 2016. Inicia la queja a la Comisión Estatal de Derechos Humanos en contra del ayuntamiento de Tanhuato por el cobro de una cuota semanal de $35.00 pesos por persona, dinero que se destina a los pagos de luz y mantenimiento del lugar. Según el alcalde Humberto Ramírez Jaramillo, dicho cobro estaba autorizado por la Secretaria de Desarrollo Social, en el que según el acuerdo realizado entre el comité del albergue y los jornaleros, las personas mayores de 60 años, mujeres embrazadas y menores de edad, estaban absueltos de realizar este pago.

Jornalero 2: “Lo que es parte de SEDESOL nos había dicho que cuando se formó la mesa directiva se había hablado de que no se iba a cobrar a los mayores de edad ya de 60 o 65 años para arriba, ahora las mujeres que estuvieran embarazadas y que no estuvieran trabajando, no se les iba a cobrar tampoco… pues resulta que fue al contrario, se les estaba cobrando. No sé porque no han cumplido con el reglamento que ellos dicen. Incluso peleamos porque nos querían cobrar $10.00 pesos más, que serían 45 en lugar de 35 y sí ganamos porque no se llevó acabo”.

$35.00 pesos puede no sonar una cifra descabellada en comparación de una renta normal, pero si se hacen cuentas durante el pico más alto el lugar puede llegar a albergar a más de 400 personas de las cuales se estará obteniendo más de $14,000 pesos por semana.

Habían trascurrido ya seis meses desde la anterior visita de Víctor Villanueva y las deficiencias detectadas en la infraestructura del albergue aún no podían subsanarse, tales como la falta de limpieza, mantenimiento y reparación de redes de drenaje, agua y luz eléctrica. Entonces a dónde iba a parar la cuota que semana tras semana se les cobraba a los jornaleros, dinero supuestamente destinado al cuidado de este espacio.

Albergue Jornaleros Tanhuato

CONTINÚAN LOS ABUSOS.

 18 de diciembre de 2016. Se denuncian las amenazas por parte de los funcionarios. Además de las anteriores quejas ya hechas por parte de los jornaleros (malas condiciones de los servicios básicos y el cobro de la cuota). Los jornaleros mencionaron también el hecho de que se les hacía pagar una semana extra en el caso de que ellos pretendieran dejar el albergue.

También hay una acusación por presuntas violaciones a los derechos humanos, estos en contra de la encargada, Juana Gaona quién según los mismos jornaleros hacía uso del elemento policial, que se encuentra para el resguardo de los habitantes del lugar, para impedir que dejaran el sitio sin antes efectuar ese pago extra.

Para estas fechas ya se conocían tres nombres de los funcionarios que tenían tratos con los jornaleros a través de amenazas: Juana Gaona, encargada del albergue, el regidor Milton Cortés y la funcionaria de la SEDESOL, Beatriz Quintero. Pero hasta el momento no se han presentado resultados sobre estos temas.

 ¿UNA BUENA NOTICIA?

 21 de diciembre de 2016. Una nueva esperanza para el albergue. Para un lugar que ya se ve afectado por su uso y el paso del tiempo, la ayuda económica siempre es una luz de esperanza, en esta ocasión traída por el mismo Delegado Estatal de la SEDESOL, Víctor Tapia Castañeda.

Él, junto a miembros del ayuntamiento de Tanhuato y el comité de Obra de Agricultores se reunieron al interior del albergue para firmar un convenio de colaboración, esté para aplicar los proyectos de rehabilitación y que según la cuenta de Facebook del alcalde se trata de “cuatro áreas que requieren de manera urgente trabajos de mantenimiento para el bienestar de los trabajadores que se hospedan en Tanhuato”.

La suma que fue entregada a este comité, del que no se sabe más, es de $1´700,000.00 pesos, que debió ser invertido en el área de baños y dormitorios. Cabe mencionar que en visitas anteriores de Tapia Castañeda ya se hablaba de una posible ampliación del albergue en el área posterior, esto para brindar comodidad y un mejor recibimiento a los jornaleros.

MÁS VISITAS DE LA CEDH

 28 de diciembre de 2016. Habían pasado ya dos semanas para que confirmar que dentro del albergue existían irregularidades. Para esta fecha aún se aseguraba que el albergue continuaría en funcionamiento mientras hubiera personas habitándolo, eso como acuerdo entre las autoridades, la CEDH y la SEDESOL.

Albergue Jornaleros Tanhuato2

UNA PAZ QUE DURÓ POCO

 9 de enero de 2017. Dicho acuerdo duró tan sólo doce días ya que desde esta fecha se hablaba de un desalojo de los habitantes en las próximas 24 horas. Además de que esa misma tarde el delegado se encontraba haciendo pública su renuncia a través de su cuenta de Facebook personal. Parecía ser que los jornaleros estaban perdiendo de a poco la batalla en contra de los funcionarios donde ninguno de ellos daba la cara para aclarar, apoyar o manifestar alguno de sus compromisos con los migrantes.

10 de enero de 2017. Ante este supuesto desalojo, el visitador de la CEDH, acudió de nuevo a realizar una inspección. Comenzó por mencionar que la comisión ya había comenzado una queja de oficio en relación a los pagos que se estaban solicitando dentro del albergue, cuotas que según le informaron las autoridades, se acordaban entre los propios jornaleros y el comité del albergue.

La inspección fue hecha por el posible cierre. Villanueva fue testigo de los letreros y del inicio de las obras de rehabilitación, compromiso que el ayuntamiento había hecho desde el mes de julio. “estamos constatando que por parte de la autoridad se están ya realizando trabajos de rehabilitación y de mejora… era una de las recomendaciones que hacíamos para efecto de que se mejorará la calidad de vida de las personas que están ahí porque veíamos muy deteriorados los servicios”, señaló.

“Nosotros por una parte no quisiéramos que se cerrara, pero por otra parte nos da gusto que sí se estén realizando obras de rehabilitación, la verdad ya era muy necesarias estas mejoras…todo esto para preparar que la próxima temporada de migrantes ya estén en mejores condiciones de habitad”.

Sin embargo, no se dio un plazo de entrega o de reapertura del albergue. De nuevo no se encontraban ninguna de las autoridades responsables. Incuso después de esta visita el destino de los habitantes del albergue aún era incierto, el visitador desconocía si las autoridades brindarían un lugar para estas siete familias restantes.

No todos fueron advertidos, ya que cuando fueron a dar la noticia algunos de los habitantes se encontraban trabajando, su única advertencia fue una hoja pegada en la puerta de su cuarto. Con supuesta amabilidad les pedían dejar el inmueble para el día siguiente por motivos de modificación, mismas que ya se estaban llevando acabo aún con la presencia de las personas ahí.

constatamos que se derrumbó una parte de los baños…estaban muy deteriorados ya no daban el funcionamiento y debido a estos trabajos que se están realizando y a que la temporada agrícola ya concluyó… para evitar algún accidente se cerrara temporalmente el albergue, fue lo que nos indicaron las personas que están ahí”, indico el visitador de Derechos Humanos.

Albergue Jornaleros Tanhuato1

EL DESALOJO:

11 de enero. Eran las 10:00 a.m. las puertas del albergue se encontraban abiertas, la prensa y los habitantes se encontraban cerca de la entrada y el patio, sólo esperando el momento de marcharse de ese lugar. Más temprano ese mismo día, una última advertencia los hizo comenzar a sacar sus pertenencias a la puerta de cada uno de sus cuartos, ahí en cada portal las maletas se amontonaban en compañía de ese letrero.

Jornalero 2: “Fue un aviso muy rápido, de la noche a la mañana, a mí no me dijeron nada, , los que no estaban trabajando, que les habían venido a comunicar que teníamos que desalojar aquí y hasta nos pusieron ese anuncio que está en la puerta. Pedimos tiempo y nos dijeron que no, que teníamos que desalojar.”

Jornalero 3: “No puede ser posible que de uno o dos días lo quieran sacar pues a uno”, interrumpía una voz.

Con un cigarro apunto de consumirse en una mano temblorosa se acerca un jornalero más. J3: “No puede ser posible que de uno o dos días lo quieran sacar a uno. Yo tengo aquí desde mayo, estoy pagando renta, es más aquí traigo mis recibos (señalando su bolsillo), cómo es posible que nos van a echar como unos perros, hay familias y el viernes y el sábado va a venir más gente. Realmente será por la economía, como ahorita no hay mucha gente no hayan de donde mantenerse ellos”.

J3: “Que nos den unos ocho días, para podernos acomodar, para poder trabajar unos dos tres días y poder salirnos…sino pues cómo, si no traemos dinero, ahorita pedí un cigarro regalado. Yo me siento mal por esta gente. Esta persona que está aquí ahorita a lo mejor es racista, porque como tratar a la gente maltratando a la gente, tengo testigos de que nos maltrató ahorita en la mañana, la prepotencia de estar en el gobierno, el que nos corrió en la mañana, Felipe Comparan, viene sólo y que va a venir con patrullas…”

“Me da lástima ver a la gente que va con sus carretitas –su voz se empieza a quebrar, le cuesta trabajo pasar saliva y continuar expresándose. Unas lágrimas se asoman y tal vez por pena las limpia antes de que salgan. – yo por mí no hay problema me quedo en la calle, pero viene mucha gente con niños, eso es lo que no comprende él”.

El señor cuenta que fue por sus jefes, a pedir ayuda. Que fue a la presidencia a pedir tiempo y no lo pudieron atender. Regresó desconsolado, pero aún con ganas de lucha, se negaba a dejar el albergue, con fe en que encontraría una solución, se quedó esperando a los agricultores que vendrían en su ayuda.

Las autoridades tampoco nos respondieron, BRUNOTICIAS trató de entrevistar a Felipe Comparan, debido a que había acusaciones en su contra, sin embargo, no nos atendió. A esta misma persona se le pidió el contacto del regidor Milton Cortés y de nuevo se negó. Por este motivo por lo pronto su versión aún se desconoce en este medio. Se espera que las obras estén culminadas en tiempo y forma para que quienes después de lo vivido quieran regresar.

J2: “Ya si no hay solución, yo me tengo que ir porque pues dónde voy a caer ahorita, de la noche a la mañana no tengo donde quedarme. Que nos tengan compasión de todos, de todos los jornaleros, venimos a trabajar no vinimos a perjudicar a nadie, venimos simplemente a buscar el pan de cada día, que sean comprensivos con uno”.

J1: “Nos sacan por las malas y con amenazas, entre todos nos vamos a ir a rentar un lugar, pero creo que nada más vamos a juntar las cosas e irnos a nuestros pueblos, a ver si sacamos un rait y regresar en agosto o ya no regresar”.

*La investigación realizada para este documento, se hizo a través de una recolección de datos y el monitoreo de diferentes medios que publicaron sobre este caso en particular, desde el día 14 de diciembre. Además de entrevistas hechas a involucrados para verificar información en los últimos tres días de los eventos culminantes. Los nombres de los jornaleros permanecen ocultos por cuestiones de su seguridad.