• Se podría ahorrar el equivalente a toda la que utilizan los estados del Bajío.
  • Es necesario llevar la tecnología junto con capacitación para los trabajadores del campo.

Ciudad de México. 16 de abril de 2018 (Agencia Informativa Conacyt).- Un grupo de investigación del Instituto Tecnológico de Morelia (ITM) y la Universidad de Manchester busca, a través de señales y tecnología de impedancia eléctrica, optimizar el uso del agua y el riego en el sector agrícola.

Los investigadores aplicaron la técnica de impedancia eléctrica que modela el comportamiento del terreno bajo diferentes condiciones de irrigación, y así conocer la cantidad de agua exacta que es necesaria y evitar el desperdicio del líquido en el riego.

El proyecto multidisciplinario propone la medición de una muestra de suelo para investigar la dinámica de propagación del agua en el terreno, con base en eso, a través de un software se modela y calcula cuánta agua se necesita.

“Los resultados indican que la técnica de medición propuesta puede usarse para detectar y predecir el movimiento del líquido a través de la muestra de suelo”, expresó el líder de la investigación, el doctor José Antonio Gutiérrez Gnecchi.

Este trabajo forma parte de un proyecto integral de desarrollo sustentable dentro del ITM y contempla la utilización de sensores especiales y un sistema que integra todos los datos obtenidos de la medición.

DESPERDICIO PREOCUPANTE

Alrededor de 76 por ciento del agua que se utiliza en México se ocupa en el sector de la agricultura, esto según la Comisión Nacional del Agua (Conagua) en el documento Estadísticas del agua en México.

Los factores que derivan en el desperdicio del líquido son el escurrimiento y el mal manejo de los sistemas de irrigación, a pesar de que México cuenta con una de las infraestructuras de riego más grandes del mundo, con más de seis millones de hectáreas.

“Uno de los procesos que más influyen en el desperdicio del agua son las malas prácticas dentro de los sistemas de irrigación, por lo que es necesario llevar esta tecnología junto con capacitación para los trabajadores del campo”, dijo el profesor investigador José Antonio Gutiérrez Gnecchi.

La implementación de este proyecto de la mano con un sistema de información permitirá saber cuánta agua se tiene que utilizar, lo que implica un ahorro aproximado equivalente a toda el agua que se consume en los estados del Bajío, expresó Gutiérrez Gnecchi.

“Para los productores, esto también se traduce en mejoras en la calidad y la cantidad de la producción”.

Este proyecto es relevante, ya que, según datos de la Conagua, el rendimiento de la superficie bajo régimen de irrigación es entre dos a tres veces superior a la agricultura temporal que depende, principalmente, de la lluvia.

Este proyecto surgió de anteriores colaboraciones con la Universidad de Manchester, en las que el doctor Gutiérrez Gnecchi trabajó alrededor de la tecnología de tomografías de impedancia eléctrica.

“Primero, trabajamos en aplicaciones industriales pero nos percatamos que la tecnología se podía aplicar en otras áreas para tener un mayor impacto social”, explicó.

Los científicos calcularon que en la actualidad, alrededor de 50 por ciento del agua utilizada en la irrigación se desperdicia.

Apoyo Conacyt

El proyecto recibió apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y el British Council, a través del Newton Fund y el Fondo de Cooperación Internacional en Ciencia y Tecnología (Foncicyt), en el que dentro de sus demandas abre un espacio importante para resolver los problemas relacionados con el agua.

Su implementación, esperan los investigadores, sea en los próximos años. Esta etapa del proyecto concluirá con el desarrollo de un prototipo para la prueba del concepto a nivel laboratorio.

El agua, una responsabilidad de la investigación

Los investigadores alrededor de muchas áreas de la ciencia y tecnología tienen que revisar de fondo la problemática y ver cuáles son los temas en las agendas estatales de innovación, esto para saber el tamaño y las características del problema y cómo atenderlo desde todas las áreas, explicó el miembro nivel I del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) del Conacyt.

“Tenemos que relacionar nuestras investigaciones con las necesidades que hay en el país para estos problemas tan urgentes”, concluyó.

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