Ensenada B.C., 15 de diciembre de 2018 (Notimex).– Un grupo de especialistas del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE), encabezados por Alexei F. Licea Navarro, realiza un estudio sobre los anticuerpos de tiburón para el desarrollo de medicamentos.

En el transcurso de cientos de millones de años, los tiburones se han enfrentado a una gran cantidad de patógenos que los han atacado, pero su sistema inmunológico es de gran sofisticación y los mantiene sanos y salvos, señaló Licea Navarro.

El director de la División de Biología Experimental y Aplicada del CICESE dijo que esta es una de las razones por las cuales en esta institución se han dedicado, desde el año 2000, a estudiar parte de ese sistema inmunológico tan complejo y evolucionado.

En la revista Ciencia y Desarrollo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología explicó que los tiburones son organismos que han existido desde hace cientos de millones de años, tantos, que podrían considerarse como fósiles vivientes.

Mencionó que los primeros tiburones aparecieron en los mares hace aproximadamente 340 millones de años, y los escualos continúan existiendo hasta hoy, incluso después de la extinción masiva de especies a causa del gran meteorito de Yucatán.

De acuerdo con el investigador, dentro de los sistemas inmunológicos de los vertebrados existen las proteínas llamadas anticuerpos; estas moléculas se unen a los agentes invasores para neutralizarlos y eliminarlos del organismo.

Apuntó que los anticuerpos son estas proteínas del sistema inmunológico que circulan en la sangre y tienen por función erradicar agentes extraños al organismo; por uno de sus extremos pueden unirse al agente invasor y neutralizar la actividad tóxica de la molécula patógena.

En el efecto de la neutralización, los anticuerpos se unen con gran afinidad y especificidad al agente extraño, con lo que se inmoviliza e inactiva totalmente, característica que ha servido para que se desarrollen varios fármacos.

En el caso de los tiburones, por alguna razón evolutiva, sus anticuerpos son termoestables; es decir, soportan temperaturas que ningún otro anticuerpo es capaz de resistir, entre otras ventajas.

Si se desea generar un medicamento con un anticuerpo de tiburón, se tiene una ventaja comercial inigualable, ya que éste puede estar a temperatura ambiente en el desierto de Sonora, en la sierra tarahumara o en la selva lacandona, y no perderá su actividad, por lo que podrá utilizarse sin problema en cualquier momento, subrayó.