• Alternativa de repoblación de machos y mulas  

Por Salvador Y. Maldonado Díaz

JUCHITLAN, JALISCO. Junio 2017.- Aunque pareciera un asunto chusco, los burros manaderos se han puesto de moda en algunas regiones del medio rural de nuestro país.

Y es que, aunque su inventario sea reducido, estos jumentos están de regreso. Al menos, el eco de sus rebuznos se ha escuchado en varios puntos del occidente del país y de otras latitudes.

En el actual contexto de despoblación de los burros en la ganadería mexicana, se tiene un repunte de esta especie en la región jalisciense de la Sierra de Amula. Esto es a raíz de un criadero de burros de Kentucky, cuyo propietario empezó como pasatiempo y que ahora se perfila como un negocio.

Así las cosas, el enjundioso ímpetu de estos animales es motivo de una actividad económica bien remunerada.

El emprendedor de este peculiar agronegocio es Sabás Danilo García Valencia, quien con optimismo afirmó que en tres años de iniciado el criadero de estos animales, las cosas se le han dado muy bien, de tal manera que tiene gran demanda para la venta de las crías que van saliendo de un hato de diez hembras y un semental. Su criadero lo tiene en el municipio de Juchitán.

Este agronegocio, por cierto, retoma el proyecto de hace unos diez años que promovió la Secretaría de Desarrollo Rural de Jalisco, que se trunco al cambiarse a sus promotores y morirse un afamado veterinario de Kentucky que está involucrado.

Explicó que la gran demanda que tienen estos mamíferos de carga, es su gran fortaleza física que les permite desempeñar labores en la carga de mercancía y su facilidad para acceder a lugares de muy difícil acceso en ciertos lugares, como las barrancas y las serranías, donde otros animales cuadrúpedos no pueden llegar, ni tampoco cuatrimotos y otros vehículos.

Resaltó que el hecho de un animal de esta raza pueda con un peso de 200 kilogramos; y su facilidad de ingresar a lugares de difícil acceso, los hace muy atractivos para diversas actividades en el campo.

Como negocio, las cosas pintan bien, si se considera que una cría de estos animales tiene un valor comercial de 30 mil pesos; y que las maquilas con yeguas o con burras fluctúan entre tres y cinco mil pesos.    Así las cosas, la gran vitalidad de estos animales se convierte en opción de negocios.

Hizo mención de que la demanda para los burros se tiene en una doble vertiente: la compra de sus crías o bien para “maquilar” yeguas para la obtención de mulas o machos, animales que también tiene gran fortaleza y se requieren para las labores del campo.