SECTOR PRIMARIO, por Francisco Javier Mayorga Campos

Hay mucha confusión en torno a lo que en verdad es la biotecnología, sus implicaciones y sus impactos, así como su importancia en la producción agroalimentaria de cualquier país.

La principal confusión sobre la Biotecnología es su relación casi automática con los transgénicos u Organismos Genéticamente Modificados (OGMs). Sobre esto hay que decir que si bien los OGMs si son fruto de biotecnología estos son solo una parte de la misma.

La biotecnología abarca muchas más cuestiones y sus frutos son variados. La clave para entenderla es saber que la biotecnología es la capacidad (conjunto de herramientas) para transformar y mejorar organismos vivos para su aplicación principalmente agrícola, pecuaria y humana. Como ejemplos prácticos de frutos de esto están los biofertilizantes. Estos pueden ser fórmulas muy simples como lixiviados de lombriz o guano de murciélago hasta fórmulas muy complejas resultado de laboratorios; con microorganismos procesados y cultivados.

Plantas y animales “mejorados” Los maíces actuales casi todos son fruto de la biotecnología, desde tiempos ancestrales, nuestros antepasados seleccionaban, y hacían las cruzas de los mejores maíces para mejorar las variedades y producir más alimentos.

Es casi imposible, desde esta óptica abierta, encontrar algo de nuestra alimentación que no haya sido afectado por el hombre.

Lo que es bien claro es que hoy las herramientas para acelerar estos procesos son muy poderosas y hacen que en cuestión de minutos se puedan ahorrar cientos de años para lograr determinado resultado. También pueden ser rápidamente degradadas si estas herramientas no se usan con cuidado.

La situación de la biotecnología para México es todavía precaria. A pesar de que esta herramienta ya está muy presente y hay muchas empresas nacionales en nuestro país, el gobierno ha hecho bien poco para regular, alentar y potenciar su ecosistema. Es decir desde la creación de biotecnología adecuada hasta su implementación en las zonas clave. Estas empresas mexicanas están tratando de competir contra las grandes trasnacionales y hacer un contrapeso en un mercado tan delicado y estratégico. Decir que países como Surinam o Argentina están mucho más avanzados en sus mercados de biotecnología agrícola que México es algo duro.

Creo que es urgente que el gobierno, así como los principales jugadores sigan acelerando estos procesos. Que sigan innovando y lanzando tecnología adecuada para nuestras problemáticas y contribuyendo a aumentar nuestra cantidad y calidad de alimentos, siempre con la premisa (que me consta que casi todos la tienen bien presente) de encontrar alternativas a los productos químicos tradicionales y de ser más amigables con la naturaleza. Que sigan rompiendo los paradigmas de “siempre se ha hecho así” o de “esos calditos no sirven” demostrando que México puede estar al nivel de los grandes.

Enhorabuena aquellos que ya están subidos en el barco.

FJMC