En Ciudad de México, el Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, Cardenal Giovanni Angelo Becciu, presidió el rito de beatificación de María Concepción Cabrera, conocida como Conchita.

Pronunciando su homilía durante la celebración, el cardenal habló de la segunda lectura de San Pablo (Ef 3, 17-19) que exhorta a los cristianos de Éfeso a abrir generosamente el corazón al amor de Cristo, único capaz de dar un sentido de plenitud para toda nuestra vida.

De acuerdo con el Cardenal Prefecto, Conchita “acogió plenamente esta invitación”:

“Desde joven escogió a Dios como Amor absoluto que significa abrazar su voluntad: ¡ser esposa y madre!”, dijo Mons. Becciu.

Según el cardenal, “Como para María, la madre de Jesús, también para Conchita la felicidad consistía en seguir no sus propias inspiraciones, incluso las santas, sino conformarse al proyecto que Dios tenía para ella”.

Vivir en este mundo y no ser de este mundo

“La inspiración ininterrumpida de su existencia fue vivir ‘en este’ mundo y no ‘de este’ mundo. Enraizada en el amor de Cristo que supera todo el conocimiento”, dijo el Cardenal a propósito de la nueva Beata. María Concepción Cabrera, comentando además:

“De su amor a Dios nacía la aflicción continua de amar al prójimo, esparciendo por donde anduviese el amor de Cristo”.

Inspiró la creación de cinco Institutos

El Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos destacó puntos de la vida de la Beata Conchita. Para él, una historia rica y cubierta de espiritualidad:

“La Beata Conchita, -único caso en la historia de las fundaciones religiosas-, inspiró la creación de cinco Institutos definidos como las “Obras de la Cruz”: dos congregaciones religiosas y tres obras apostólicas, sin ocupar cualquier cargo en ninguna de ellas.

Son ellos: Apostolado de la Cruz, las Religiosas de la Cruz del Sagrado Corazón de Jesús, la Alianza del Amor con el Sagrado Corazón de Jesús, la Liga Apostólica, los Misioneros del Espíritu Santo y la Cruzada de las almas víctimas”.

Sacerdotes y Santidad, una necesidad actual

“Su mayor preocupación, que llegaba a ser su ‘obsesión’ era la santidad de los sacerdotes, por quienes rezó y se sacrificó a sí misma, afirmó el Cardenal.

“¡Cuánto es necesaria y actual esta misión!”, exclamó el purpurado al recordar los escándalos recientes protagonizados por obispos, sacerdotes y religiosos.

Por eso, dijo Becciu, “la nueva beata nos enseña un comportamiento correcto: sostener con la proximidad espiritual y con la oración a los que viven diariamente la propia vocación con fidelidad y abnegación. Se trata de la gran mayoría de las personas consagradas que ofrecen un limpio testimonio de fe y de amor”.

Quién fue la Beata Conchita

Concluidas sus palabras durante la homilía, Don Ángelo recordó la ternura, la simplicidad y afectuosidad que caracterizó a la Beata, apasionada por la Eucaristía, quien fue madre de nueve hijos.

Era una mujer con una gran personalidad, mujer de oración y de celo apostólico, que encontraba en sí misma la fuerza moral para ser líder en el campo social y en el ambiente eclesial.

Ella es una magnífica síntesis de contemplación y de acción: las figuras evangélicas de Marta y María se encuentran unidas y sincronizadas en la nueva Beata, aseguró el purpurado.(JSG)