• La iniciativa para su canonización data de 1958.
  • Por Salvador Y. Maldonado Díaz

Guadalajara, Jalisco. 10 de octubre de 2018.-  A más de 500 años, la figura de la reina Isabel de Castilla (1451-1504) es motivo de una singular controversia, dentro y fuera del ámbito católico. Entre los aspectos que dan motivo a la polémica sobre esta mujer, figura la iniciativa eclesiástica de quienes pretenden que esta mujer figure dentro del santoral de la Iglesia Católica lo que genera posturas encontradas.

La fecha del 12 de octubre da pie para tomar en cuenta a este personaje clave en el apoyo a Cristóbal Colón y sus viajes a América, y con ello la llegada de la fe católica a este continente, lo que trajo consigo toda una de la secuela por el encuentro y choque de culturas.

Recientemente los obispos del Sur de España, anunciaron que se adherirán como parte actora en el proceso de beatificación y canonización de la reina Isabel la Católica, según lo expresara el jerarca de Granada, Francisco Javier Martínez,

De esta manera los obispos del Sur de España se unen a la causa que re-impulsó la Archidiócesis de Valladolid, en cabeza del cardenal Ricardo Blázquez, presidente de la Conferencia Episcopal Española.

Al respecto, el sacerdote e historiador tapatío Tomás de Híjar Ornelas, comenta que “se trata de una cuestión muy debatida por la participación que Isabel la Católica tuvo en la expulsión de los judíos y musulmanes de España”.

“La fama de santidad es la que debe tomarse en cuenta para evitar un desgaste social mayúsculo. En lo personal, es incuestionable la integridad de la reina como soberana, esposa, madre y mujer de fe, pero la época y las circunstancias son materia de muchas controversias”, señala este presbítero.

Al respecto, el investigador de la Universidad de Wûrzburg, Alemania, Richard Nebel (entrevistado vía electrónica), comentó que “si bien Isabel de Castilla es un personaje digno de respeto y en ciertos rasgos de imitación, no reúne a nuestra opinión, los rasgos y cualidades para ser canonizada, ni santificada en nuestro tiempo”.

Este académico refiere que la monarca “tuvo en su vida y oficio político, hechos muy significativos para la iglesia, especialmente en la política eclesiástica. Asimismo, en la reforma de la iglesia, de la espiritualidad, de la formación del clero secular que realizó”.

Concluyó que “a nuestro parecer, en nuestro mundo de hoy, en el que el diálogo entre los pueblos y las religiones está especialmente amenazado, la veneración de la reina Isabel y el surgimiento de su culto, seguramente no favorecería a la Iglesia Católica, sino que por el contrario la perjudicaría, pues en lugar de romper con las estructuras de dominación, las mantendría. En el mundo actual en el que la interculturalidad es importante, se acentuaría la amenaza a la existencia de muchos pueblos y Estados que la globalización ha traído consigo”.

Una Causa que inició en 1958

La Causa de Beatificación de la monarca española inició oficialmente en 1958 en la Archidiócesis de Valladolid, siguiendo las nombras de la Iglesia que indican que tales procesos han de iniciarse en las diócesis donde ocurrió el fallecimiento.

Ese año, el 23 de abril, se nombró al Padre Vicente Rodríguez como postulador de la Causa, y el 3 de mayo a monseñor José García Goldáraz, entonces Arzobispo de Valladolid, firmó el Decreto de apertura de la Causa, constituyendo asimismo la Comisión Histórica.

El 3 de julio de 1970 se autorizó la fase diocesana del proceso, que concluyó el 15 de noviembre de 1972, y el 30 de marzo de 1974 se dio la aprobación de la “Positio super scriptis” con la cual se declaró a la reina “Sierva de Dios”.

Al presente, la iniciativa de canonización continúa en Roma en estudio por parte de la Congregación para las Causas de los Santos, sin dictamen definitivo por parte de la Comisión Teológica, que pospuso la decisión “para mayor estudio y reflexión”. De ser favorable su dictamen, el proceso continuaría con la Congregación de los Cardenales, que informarán al Santo Padre su decisión final.

Los restos mortales de la monarca, quien falleció el 26 de noviembre de 1504, permanecen en la capilla real de la ciudad de Granada, junto con los restos de su esposo el rey Fernando. A la Sierva de Dios se le reconoce su gran labor acercando la fe al Nuevo Mundo en América Latina, y el testimonio de vida cristiana que llevó.

El título Reyes Católicos a Isabel y Fernando fue otorgado por Papa Alejandro VI, de casa Borgia

Fuente. Agencia Gaudium Press.