• Desde catrinas sencillas hasta piezas que son verdaderas obras de arte, el comprador no valora, ni paga el esfuerzo del artesano.

Capula, Michoacán. 1 de junio de 2018.-En el poblado de Capula, ubicado a unos 30 minutos de la capital del estado, sus habitantes tienen a la alfarería como su principal actividad económica y de sustento para sus familias; sin embargo, algunos aseguran que su trabajo no es bien remunerado.

Los artesanos utilizan el barro para elaborar diferentes piezas para uso doméstico y de ornato, desde vajillas, platos, tazas, jarras, servilleteros y hasta figuras de Catrinas decoradas.

La familia Guzmán Fuentes se dedica a esta actividad desde hace 30 años, al igual que 80 por ciento de los residentes de la comunidad con cuatro mil habitantes.

Gabriel Guzmán señaló que la alfarería es un trabajo difícil y complicado con el que apenas logran solventar sus gastos.

“La vida de un artesano, como nosotros, es de levantarnos a las seis, seis y media de la mañana para tener que estar trabajando lo que es diario para estar sacando sustento, lo poco que a nosotros nos da para comer”, declaró para el Sistema Michoacano de Radio y Televisión.

Junto con su esposa, María Xóchitl Fuentes Pérez, labora todos los días hasta las 19:00 horas. La elaboración de la loza lleva al menos dos días, desde que se confecciona la forma, se limpia, posteriormente se seca al sol para después decorarse y meterla al horno.

Sin embargo, la artesana manifestó que sus piezas no son bien remuneradas al momento de venderlas, a pesar del trabajo que implica su elaboración.

“No alcanza para comer caviar pero sí frijoles y salsita. Es mucho lo que se le invierte para todo el material que necesitamos, para que salga la loza”, expresó.

VER ÁLBUM FOTOS: LAS CATRINAS DE CAPULA, MICHOACÁN