Por Abelardo Navarrete

Abelardo Navarrete

Columnista Brunoticias

Hay momentos en el ciclo anual que avisan cuando se acerca el final de un año, aunque falten poco más de 2 meses para este suceso, hay en el ambiente signos que hacen ver ese horizonte cada vez más cercano, desde los primeros años de vida de este servidor, recuerdo que una vez que pasaba la fiesta patronal en honor de la virgen del Carmen, podías contar los días para que la navidad se acercara, y después celebrar el año nuevo y es que después del 16 de julio, llega rapidísimo Septiembre y sus festejos, el 12 de Octubre día de la raza.

 

Pero mención aparte merece la fecha correspondiente al 24 de octubre, en que se festeja la conformación de las Naciones Unidas, que viene para mi cargado de emoción, ya que me hace recordar ese día frío en que debía levantarme más temprano que de costumbre, para alistarme y salir más que corriendo rumbo al punto de partida del desfile que se lleva a cabo con este motivo.

 

Era una grata sensación salir al alba, apenas apuntaba el astro rey sus primeros trazos sobre el cielo entre azul y nuboso, con viento helado que picaba los cachetes mientras caminabas haciendo un desfile individual para encontrarte poco a poco con algunos amigos, maestros y compañeros de otras escuelas que también caminaban aprisa para llegar a ese lugar del que habría de partir, con el nervio de no tropezar al caminar o no dar un mal paso, no perder el paso para ir marchando parejito con los compañeros del salón y evitar el regaño de la profesora que iba acompañando al contingente.

 

Niños vestidos de todos colores, alusivos a la bandera que representaban iban encabezando a la escolta que portaba el lábaro correspondiente, las calles se llenaban de personas, la mayoría desconocidas para todos, pero juntos en una misma fiesta, viendo en las baquetas el paso de los niños que levantan los pies y caminan en desfilando, luciendo y sintiéndose soñados, ante los ojos de padres, hermanos y demás familia que se daba cita en el recorrido que termina en la plaza principal de la ciudad.

 

Que tiempos tan agradables, pero ahora quienes somos “grandes” y tenemos a nuestros hijos en edad de desfilar, nos preparamos de otro modo, hay que tener listo uniforme de ellos, zapatos bien boleados, pero que no falte la cámara de fotos y video para grabar cada uno de los pasos siguiendo su caminar, convirtiendo ese, en nuestro desfile también, marchando a su lado, para no perder detalle de su trayecto, sin importar frío, calor, aire húmedo, charcos en el piso, abriéndose paso entre la gente para llegar a tiempo y estar siempre varios pasos adelante del pequeño que se sabe la atención de todos en ese instante.

 

El próximo sábado muchos niños, pero también muchos papás estarán desfilando, sin importar lo que se festeja, pues lo verdaderamente relevante es que hay un nuevo miembro de la familia, ese que para nuestros ojos es solo un pequeño frágil, que con su andar quiere mostrar que se ha hecho fuerte, valeroso, independiente, preparándose a otros retos que lo harán marchar algunas veces solo por el camino que la vida le tiene preparado.

 

Hasta la próxima.