• En Brasil, grandes franjas del Amazonas han sido taladas para ranchos de ganado o granjas de soya.

Ciudad de México, 16 de septiembre de 2018 (Notimex).- Un nuevo análisis mundial reveló que 27 por ciento de la pérdida total de bosques entre 2001 y 2015 fue a causa de la agricultura y ganadería a gran escala.

El estudio fue dirigido por el analista geoespacial, Philip Curtis, quien programó un software informático para identificar cinco causas de pérdida de bosques en imágenes satelitales como incendios forestales, tala de árboles, urbanización, así como, agricultura a pequeña y gran escala.

El programa tomó las decisiones con base en las propiedades matemáticas de las imágenes, que pueden ayudar a distinguir la agricultura industrial de los campos más pequeños e irregulares en la agricultura de subsistencia cambiante.

Mediante la observación de miles de fotografías de Google Earth que mostraban áreas deforestadas por una causa conocida, el científico dijo estar sorprendido por la pérdida observada en el sureste asiático.

Entre las causas de la perdida de bosques se destacan el cultivo de plantaciones industriales de aceite de palma, un biocombustible valioso, ingrediente principal en alimentos, cosméticos, entre otros productos.

A diferencia de la agricultura en pequeña escala, que por lo general vuelve a crecer, los bosques limpiados para este tipo de plantaciones no se recuperan nunca, destaca la revista Science.

Otro de los resultados arrojó que la deforestación de la agricultura basada en los productos básicos se mantuvo constante entre 2001 y 2015, Aunque las tendencias varían según la región.

Por ejemplo, en Brasil, grandes franjas de bosque amazónico han sido taladas para ranchos de ganado o granjas de soja. No obstante, entre 2004 y 2009, la tasa de deforestación se redujo a la mitad, por las leyes ambientales, presión de compradores de soja y otros factores.

Sin embargo, es común que en Malasia y otras partes del sureste asiático, no haya leyes contra la deforestación o se apliquen con deficiencia, esto genera mayor tala de bosques para plantaciones de aceite de palma.

“Sabíamos que esto estaba sucediendo, pero no teníamos los números para mostrarlo de forma consistente en todo el mundo”, expone Curtis.