Adictos al trabajo

NOSCE TE IPSUM Por: Josman Espinosa Gómez

Seguramente más de una vez has salido tarde del trabajo y más de una vez llegas a tu casa por la noche y sigues trabajando, incluso ya en la cama sigues revisando el celular viendo y hasta contestando asuntos del trabajo ¿o no? Hoy en día se estima que más del 20% de la población trabajadora mundial presenta adicción al trabajo.

Normalmente usamos la palabra “adicción”, para relacionarla con el consumo repetido de una o varias sustancias psicoactivas, hasta el punto de que el consumidor (adicto) se intoxica periódicamente o de forma continua, muestra un deseo compulsivo de consumir la sustancia (o las sustancias), tiene una enorme dificultad para interrumpir voluntariamente o modificar el consumo de la sustancia y se muestra decidido a obtener sustancias psicoactivas por cualquier medio. (OMS, 1994). Pero hoy en día sabemos que no son solo las sustancias el único ámbito en el que podemos hablar de adicción, ya que, según la misma Organización Mundial de la Salud, la adicción es “una enfermedad física y psicoemocional que crea una dependencia o necesidad hacia una sustancia, actividad o relación.”

La adicción al trabajo fue descrita por primera vez en 1968, por el profesor Oates, creando el término “workaholism”, vinculándolo así con el alcoholismo y las drogodependencias, y lo definió como una necesidad excesiva e incontrolable de trabajar incesantemente, que afecta a la salud, a la felicidad y a las relaciones personales.

Es importante señalar que la adicción al trabajo se caracteriza por la extrema actitud laboral (trabajan fuera de hora, fines de semana o en vacaciones), por la dedicación excesiva de tiempo (hay una pérdida del control sobre el tiempo empleado en el trabajo), por la compulsión y esfuerzo en el trabajo, por el desinterés hacia otras actividades fuera de lo laboral, por una implicación laboral desproporcionada, y por un deterioro de la vida cotidiana (familiar y social), todo ello provocando una gran cantidad de consecuencias en el terreno personal y social poniendo al trabajador en situaciones de aislamiento e incluso deterioro físico y mental.

Tenemos que considerar dos características principales para detectar y valorar dicha adicción:

1) cuando el trabajo se convierte en una idea obsesiva ocupando la mayor parte de la vida del trabajador y

2) normalmente no es reconocida por el trabajador, siendo la gente de su entrono quien lo hace, por el exceso de tiempo que el trabajo resta a su vida, empezando por la familia.

También hay que considerar varios factores de riesgo que influyen en esta adicción: 1) ser de sexo masculino, 2) tener entre 35 y 50 años, 3) ser un profesional liberal y de mandos intermedios, 4) el temor a perder el trabajo, 5) la presión económica, 6) la incapacidad para establecer prioridades, 7) baja autoestima, 8) un ambiente familiar problemático, 9) la falta de afectos o relaciones sociales satisfactorias y 10) un estilo educativo conservador. A todo lo anterior en el terreno de lo personal, también hay que considerar el propio entorno laboral ya que influye específicamente en los problemas de asertividad en cuanto a negarse a peticiones de los jefes, la gran competitividad que existe en el mercado laboral, la falta de organización y las excesivas demandas.

Los síntomas de una persona adicta al trabajo, puede abarcar tres áreas de respuesta:

Cognitivos: ansiedad e irritabilidad, tristeza, necesidad creciente de trabajar más y dedicarle más tiempo al trabajo, preocupaciones relacionadas con el rendimiento laboral de forma persistente, intentos de suicidio.

Fisiológicos: estrés, insomnio, dolores de cabeza, tensión muscular, disfunciones sexuales, estos problemas pueden provocar trastornos psicofisiológicos como la hipertensión, enfermedades gástricas, accidentes cardiovasculares y fomentar el consumo de sustancias.

Conductuales e interpersonales: aparece una necesidad desmesurada de llevar a cabo muchas tareas, ocupando todo su tiempo en temas laborales relacionados con las mismas y con su consecuente degradación de relaciones sociales y familiares.

Por lo que sea señalado, es difícil que una persona que sufre una adicción a algo, busque tratamiento, ya que por un lado suelen negar el problema y por otro, el no llevar a cabo su consumo, provoca un gran malestar físico, psicológico y emocional (síndrome de abstinencia). En el caso de la adicción al trabajo, la complicación es mayor ya que, en la sociedad actual, el hecho de ser trabajador es considerado una virtud y es muy bien visto y desgraciadamente hasta es premiado y alabado.

Si te consideras o sabes de alguien adicto al trabajo, acude con un profesional, es muy importante volvernos conscientes que las consecuencias pueden ser irreparables si no lo tratamos a tiempo.

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