ABUELITOS EN REDES SOCIALES

B-SOCIAL, por Brenda Orozco

El dilema del día: tu abue te acaba de mandar solicitud de amistad en Facebook. Lo primero que viene a tu mente es ¿cómo es que tiene cuenta? ¿Quién se la creó? Te pones a pensar y no recuerdas haberla visto con smartphone. En un segundo momento recuerdas las imágenes, los enlaces y publicaciones que tendrías que evitar para que no se muera la buena impresión que tiene de ti. Pero por otro lado piensas en todos esos likes y los “qué guapo te ves” “qué lindo vestido hija” que ganarás. Al final, aceptas la solicitud ¡Total! ¿Cuánto tiempo puede pasar un adulto mayor en redes sociales? Seguro ni le sabe.

Después de leer lo siguiente se derribarán algunos mitos: a nivel mundial el segmento de los mayores de 74 años es de los que más crecen en presencia en redes sociales, de acuerdo a puromarketing.com. Lo anterior concuerda con los datos mencionados por la Asociación Mexicana de Internet (AMIPCI), que ha registrado un crecimiento sostenido desde hace varios años en la población mayor a 55 años, de acuerdo a sus estudios anuales sobre los hábitos de los usuarios en Internet.

Si eres de los que piensas que las redes sociales y la tecnología son sólo para jóvenes y en ello estás basando tu estrategia de mercadotecnia digital, es momento de replantear el camino. El consultor Daniel Ureña, en un artículo publicado en los Cuadernos de Comunicación Evoca, señala que “el acceso a la Red se produce en todos los segmentos de población. (…) Supone una fuente de información fundamental para los medios de comunicación tradicionales, por lo que la repercusión de contenidos de internet, tiene muchas veces su reflejo en los grandes canales de televisión, que son seguidos por un público masivo”.

Debe quedar muy claro para todos los que hablan a través de los medios digitales, que internet no es una moda, que los adultos mayores no están utilizándolo para verse “modernos”, sino porque constituye realmente una herramienta para acercarse a los que aman. Tomemos en cuenta que actualmente, la mayoría de las familias no están juntas, que los hijos y nietos toman caminos lejanos, no sólo en otros estados de la República Mexicana, sino en otros países.

El uso de Whatsapp, Facetime, Skype y todo tipo de mensajeros, es ahora habitual y lejos quedó la imagen de la viejecita en la mecedora esperando a un lado del teléfono. Incluso algunos presumen de traer más stickers que tú en Telegram y no dudarán en hacerte presión cuando tardas en comunicarte. Si bien es cierto, aún confunden inbox con Xbox y siguen diciendo “Güasap” o “Nesflis”, han sido capaces de remontar dos generaciones para mantenerse conectados y eso, mi querido millenial es digno de reconocerse.

La conclusión a la que llego el día de hoy es que no se debe menospreciar ningún segmento y no podemos basar una campaña digital (ya sea social o comercial) en un sector muy muy determinado. Tenemos que hablarle a varios públicos, pero dándoles su lugar como consumidores de contenidos. Lo mencioné también en una columna pasada sobre discapacidad: reconocer en las personas con discapacidad, en los adultos mayores, un mercado que tiene poder adquisitivo y que tiene influencia en la opinión pública.

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