En principio…Si

Por : Paco Romo

El cambio que de golpe trajo a nuestras vidas la  transformación en los medios de comunicación,  ha sido verdaderamente asombroso.

Me resulta ocioso, el siquiera pretender comparar las diferentes formas   como gracias a la tecnología, hoy podemos  informarnos, divertirnos, comunicarnos,  hacer negocios, etcétera, con relación  a como  lo hacíamos apenas en el año 2000.

Soy de los que piensan que todos estos cambios son muy positivos, ya que nos han permitido incrementar nuestros niveles de bienestar de manera importante, y al mismo tiempo,  nos han venido a traer un sentimiento de comunidad global, que mi generación no tuvo jamás, y que sin duda irá transformando a la humanidad en las próximas décadas. La forma de vivir y entender el mundo de los jóvenes de hoy, no sería posible si no vivieran inmersos en estas nuevas tecnologías.

Lo que en los últimos meses he venido reflexionando, es cómo podemos nosotros, es decir, cada uno de quienes estamos expuestos a esta nueva forma de informarnos y comunicarnos, tomar ventajas de esta gran cantidad de datos útiles e inútiles ( cada quién los calificará ), es decir,  como podemos no perdernos en esta  atmósfera, y caer en el gran error de pensar  que el estar siempre “informado”, “conectado”, “al tanto”, “en lo último”, es en sí mismo una actividad.

Me parece con muchos riesgos la dinámica que se ha generado en nuestra sociedad, en donde nos enteramos repetidamente de los mismos acontecimientos por la televisión (cada vez menos) , la radio, prensa, Facebook, Twitter, mesas redondas de supuestos analista, y después de todo esto, nos sometemos  a largas charlas entre amigos, colegas, familiares, etcétera, invirtiendo nuestro tiempo y entusiasmo, en repetir y repetir asuntos de fondo intrascendentes para nuestra propia vida.

Me parece que cada vez debemos de estar más alertas, para evitar que estas oleadas interminables de información que “llega de golpe”,  supriman nuestro propio criterio, y lo que es peor, nos distraigan de lo que realmente  es importante.

En este mundo en el que nos ha tocado vivir,  se vuelve vital el desarrollar un sentido de alerta,  para entender lo importante que es estar presente de cuerpo y espíritu en nuestra familia, trabajo y comunidad, ya que los comunicadores, buenos, malos, y regulares (hoy se cuentan por miles) de buena o mala fe (eso lo juzga cada persona), nos bombardean con datos en todo momento,  por el simple hecho de que… ellos  a eso se dedican.

Mi invitación en esta columna, es para que desarrollemos una mecánica para aprovechar al máximo la era de la información,  siguiendo una receta  sencilla pero poderosa:

Regla 1.- Recibir y analizar  la información que recibimos de manera selectiva, esto es, definir qué  medios merecen mi credibilidad, y en qué momento del día puedo exponerme a ellos.

El estar todo el tiempo conectado, a todo, nos ha hecho incapaces de analizar lo que recibimos, y nos mantiene siempre distraídos de lo importante, pensando que todas las cosas que pasan en el mundo, nos incumben o afectan de igual manera.

Temas como el  desempeño de los políticos, o los flujos de divisas, son muy relevantes, sin embargo, para la mayoría de nosotros, el conocerlos a fondo no nos resolverán nuestros propios y auténticos retos, tales como: estudiar, formar nuestra familia, trabajar con entusiasmo, ahorrar, buscar un mejor empleo, entre otras cosas.

Regla 2.- Analizar la información que recibes en función de lo que ésta afecta a mi persona, a mi familia, y a mi comunidad, ya que la que toque cualquiera de estos tres círculos, es la que mayor atención me debe merecer.

El sentimiento de comunidad global es importante, pero muy engañoso, ya que es posible estar preocupado por la contaminación en China, mientras que el río Lerma que cruza nuestra propia ciudad puede estar severamente contaminado, y nosotros no hacemos nada al  respecto .

Regla 3.- Con la información recibida y analizada en el momento correcto, tomar decisiones convenientes para nosotros mismo, es decir, usar aquello que se nos informa, para  actuar en  nuestro beneficio y el de los nuestros, y no sólo para entablar discusiones sin fin.

El escuchar en los medios sobre una difícil situación financiera para el país, me deberá hacer pensar sobre lo que debo hacer yo en lo personal, familiar y a nivel profesional, para estar preparado y enfrentar lo que venga de la mejor manera, y no sólo  para quejarme del mal trabajo de quienes nos gobiernan.

Mi invitación es pues, a que nos pongamos en camino a ser ciudadanos bien informados, capaces de utilizar las nuevas tecnologías de la información,  preocupados  por el mundo, pero enfocados en nuestro entorno, conscientes de que si así actuamos, y sumamos los esfuerzos de todos, tendremos beneficios nacionales, partiendo primero de mejorar a cada persona, cada familia y cada comunidad.