• Colonia, Düsseldorf, Münich, entre otros son los más antiguos y populares.

En los baluartes del carnaval de Alemania comenzaron este jueves los tradicionales festejos callejeros que se celebran cada año en el país.

En muchas ciudades, las mujeres asaltaron los ayuntamientos y tomaron simbólicamente el poder, como dicta la tradición en el llamado día de “Weiberfastnacht”.

Así, en Düsseldorf, las mujeres “Möhnen”, o mujeres mayores, capturan al alcalde de la ciudad. En Bonn hacen lo mismo las “Waschweiber”, nombre que puede ser traducido como las alcahuetas. Y en Colonia es la trinca denominada “Dreigestirn” (la virgen, el príncipe y el campesino, designados cada año para representar el carnaval) quien reclama las llaves de la ciudad. Ya a tempranas horas de la mañana se habían reunido este jueves miles de disfrazados –los “Jecken”- en el centro histórico de la ciudad a orillas del río Rin.

En la Edad Media, el carnaval era una fiesta popular desenfrenada que creaba por unos pocos días un mundo ficticio donde los mendigos podían disfrazarse de reyes. Las autoridades, temerosas, prohibieron las máscaras una y otra vez, pero sin éxito. Las salvajes fiestas tenían un efecto negativo sobre viajeros de comarcas vecinas.

Albert Klebe, consejero de la corte de Múnich, escribió en Colonia en el año 1800: “Todos los mesones resuenan con música, vasos de cristal y el berrido y alborozo del populacho bebido. Y por doquier monjas feas, deshollinadores mugrientos y mujeres vestidas a la antigua”. www.brunoticias.com