• Médicos Sin Fronteras ha brindado atención  a los migrantes, principalmente por infecciones respiratorias.

Ciudad de México. 22 de enero de 2019.- Tras casi tres meses de atender las necesidades humanitarias de los migrantes en la ciudad fronteriza de Tijuana, Médicos Sin Fronteras asegura que el 90 por ciento de los pacientes ha sufrido algún tipo de tortura psicológica y física.

Los casos de violencia sexual, infecciones respiratorias, enfermedades diarréicas, enfermedades crónicas, como diabetes e hipertensión, además de síntomas como ansiedad, estrés agudo y algunos casos de estrés post-traumático, agudizados por el entorno, son solo algunas de las afecciones que Médicos Sin Fronteras ha identificado en la población de migrantes centroamericanos que aguarda dentro y fuera de los albergues y refugios temporales en Tijuana.

José Alberto, de 38 años, uno de los miles de migrantes que salió de Honduras con la primera caravana y está varado en Tijuana, asegura que se vino porque estaba amenazado por las pandillas. “No hay empleo y está muy pesada la corrupción -dice-. Mataron a tres de mis hermanos. Mi hermana está pidiendo asilo con sus hijos. También están amenazados. Tengo una esposa y tres hijos. Se quedaron allá. Pasamos mucha hambre. Me fui llorando porque amo mucho a mi esposa y mis hijos. Mi plan es llegar a Estados Unidos. Hace cuatro años, lo intenté pero me secuestraron en el norte, estuve encerrado siete días, hasta que logré escapar“.

Según Sergio Martín, coordinador general de Médicos Sin Fronteras en México, “muchas de las personas que aguardan en este cruce migratorio vinieron con las caravanas que se hicieron mediáticas a finales del año pasado, pero hay migrantes que continúan arribando a la frontera; personas que han sido deportadas y esperan la resolución de sus peticiones de asilo y que, en vista de las actuales restricciones y el aumento de seguridad en la frontera, se encuentran atrapadas en México, en condiciones precarias y en riesgo de ser víctimas de las bandas y el crimen que lucra con ellas”.

Atención en salud mental, una de las principales necesidades

En un principio, se construyeron dos grandes campamentos, uno en un complejo deportivo y uno más en un auditorio local, El Deportivo Benito Juárez y El Barretal, respectivamente, los cuales se vieron sobrepasados y obligaron a cientos personas a buscar refugio en otros sitios.

Actualmente, la población se ha dispersado entre el campamento El Barretal -luego de que las autoridades desalojaran la zona del deportivo Benito Juárez- y los numerosos albergues que operan en la ciudad; pocos han logrado cruzar a los Estados Unidos y otros más han sido detenidos y retornados a casa.

Una de las principales necesidades detectadas por los equipos de Médicos Sin Fronteras ha sido la atención en la salud mental, la cual, en este último tramo del viaje se encuentra considerablemente deteriorada y desentendida.

“Considerando las situaciones de violencia que estas personas han vivido en su país de origen y en su tránsito por México y que una vez que llegan a estos espacios, donde las condiciones no son adecuadas para ellos, encontramos síntomas como ansiedad, estrés agudo y algunos casos de estrés post-traumático, que se ven agudizados por el entorno, las condiciones de hacinamiento y la falta de sueño”, señaló Alberto Macín, psicólogo mexicano de MSF, que brinda asistencia a en la zona.

“9 de cada 10 pacientes atendidos por nuestros equipos ha sufrido algún tipo de tortura psicológica y física”, apunta Macín. A esto se le suma el miedo y la ansiedad que tienen de ser detenidos, separados de sus familiares o retornados a sus países donde sus vidas peligran. “Además, la atención a pacientes psiquiátricos ha sido compleja, debido a ello, hemos trabajado con las autoridades sanitarias del municipio en una estrategia para garantizarles atención”, puntualiza Macín.

Tanto en los campamentos como en los albergues, el equipo médico de Médicos Sin Fronteras brindó atención médica primaria, en colaboración con la Secretaría de Salud, a fin de atender los principales problemas de salud derivados de las condiciones que enfrentan durante semanas de viaje, la mayoría a pie, la exposición a la violencia a lo largo de la ruta y la precariedad en la que viven dentro y fuera de los albergues.

Entre las tiendas de acampar del Barreral, dispuestas una tras de otra, agentes comunitarios de Médicos Sin Fronteras llevan a cabo sesiones de promoción de la salud mental y psico-educaciones, las cuales están enfocadas en la atención a la salud sexual y reproductiva, principalmente.

“Nos hemos encontrado con algunos casos de violencia sexual principalmente en mujeres” señala Astrid Vázquez, médica de Médicos Sin Fronteras que atiende esta emergencia. La violencia sexual es un problema en México, las bandas delincuenciales que se dedican a la trata de personas y a la explotación sexual en el país, suelen aprovecharse de esta población que al no ser visible es doblemente vulnerable.

Día a día, tanto el equipo médico como psicológico atiende a familias enteras que viajan con niños y niñas, mujeres embarazadas; adolescentes, mujeres y hombres que viajan solos. “Las principales afectaciones físicas que estamos atendiendo son infecciones de vías respiratorias altas, las cuales tienen que ver con las condiciones climáticas actuales, algunas enfermedades diarreicas, pacientes con enfermedades crónicas, como diabetes e hipertensión, entre otras”, menciona Vazquez.

“Me ha sido complicado porque soy discapacitado. Me he enfermado en el camino, pero no me he dado por vencido”, comenta Rafael, quien salió de San Pedro Sula y llegó a Tijuana con la primera caravana.

En los primeros días de la emergencia, MSF proporcionó 395 consultas médicas y 147 de salud mental, tanto en El Barretal, la zona del Deportivo Benito Juarez y otros tres centros que ofrecen asistencia a migrantes en Tijuana.