• Estudian flora del Bajío en el Herbario del INECOL en Patzcuaro

Morelia, Michoacán. (Agencia Informativa Conacyt).- Con el propósito de catalogar y estudiar la flora del Bajío, en el municipio de Pátzcuaro se ubica el herbario, la sede del Centro Regional del Bajío del Instituto de Ecología (Inecol), que forma parte de la red de centros públicos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).

Fundado en 1985 por los doctores Jerzy Rzedowski Rotter y Graciela Calderón de Rzedowski, este centro concentra sus investigaciones en los estados de Guanajuato, Querétaro y la parte centro-norte de Michoacán. El área de estudio de los investigadores gira principalmente en torno a la diversidad vegetal de estas regiones de clima templado, contribuyendo a estudiar y preservar las especies endémicas.

El doctor Emmanuel Pérez Calix, investigador titular del centro, explica la participación del instituto en el área de la botánica.

“Se contó con proyectos de Conacyt y de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), así como de profesores y estudiantes de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) y campesinos de la región, para recolectar muestras de vegetales y su información”.

Cada planta recolectada debe contar con una serie de datos para poder citarse en una bibliografía de manera coherente y así darse a conocer como un espécimen correctamente identificado. En un principio, los datos proceden del entorno en el cual se encuentra al organismo a registrar. Una vez definida la localidad, su altitud, latitud y longitud, además del tipo de vegetación, se registran los datos de la planta recolectada: color de la flor, si es árbol, arbusto o herbácea, si crece en el agua, en el suelo o sobre otras plantas.

El herbario

Para resguardar los especímenes recolectados, se construyó un herbario que tuviera las condiciones idóneas para su conservación. Actualmente, el Centro Regional del Bajío cuenta con un total de 240 mil ejemplares registrados.

La ventaja de contar con los especímenes registrados y contabilizados en un herbario radica en la capacidad de extraer información de manera mucho más pragmática y precisa. Las plantas, cuyo frágil estado las convierte en un elemento difícil de manipular, están montadas en carpetas de cartulina gruesa y protegidas por pliegos de papel denominados “camisas”. El ejemplar puede constar de una planta o de una rama, dependiendo del tipo del material herbario.

“Un ejemplar de herbario es el arranque del conocimiento de esa especie en una región. Si nosotros queremos hacer morfología de la flor, de la hoja, etcétera, podemos venir aquí, y si hay material disponible, hacer los cortes o por lo menos saber la localidad donde fue colectada”, especifica el investigador.

Cada material de análisis debe estar acompañado de una etiqueta donde se especifican los datos de clasificación, tanto del hábitat como del propio organismo. Cada ejemplar tiene impreso un sello de identidad que clasifica la muestra como parte de la colección del herbario del Centro Regional del Bajío.

La institución está posicionada actualmente como la segunda colección botánica a nivel nacional en materia de curación y consulta, además, frecuentemente recibe a estudiantes e investigadores de todo el país y del extranjero que requieren el acceso a las muestras que poseen para sus propias investigaciones. Aun cuando el centro estaba concebido para el estudio de las plantas de una región específica, el volumen de muestras ha llegado a cubrir gran parte de las especies del país.

“Esto se debe a que las colectas llegaron a una región poco explorada. Los investigadores se encontraron con datos que nadie esperaba encontrar, inclusive, se encontró un género nunca antes registrado”, explica Pérez Calix.