• El marco legal no permite a ASERCA ejercer recursos cuando hay ventaja para agricultores.

 

Por Salvador Y. Maldonado

El campo y la agroindustria de México siguen afectados por la carencia  de un marco regulatorio   moderno  que permita el uso de instrumentos  financieros  eficaces y oportunos ante la volatilidad del mercado.

Este hecho explicará lo anterior: en la pasada primavera el maíz tenía un precio internacional superior en 45 dólares a la cotización actual. Era tiempo oportunísimo para las coberturas y con ello el agricultor se hubiera beneficiado en la agricultura por contrato.

Eso no fue posible porque la Agencia de Servicios para la Comercialización y el Desarrollo de Mercados Agropecuarios (ASERCA) no abrió ventanillas para tal efecto. Esto revela lo limitado del esquema financiero que se tiene en el mercado agroalimentario mexicano.

En entrevista con este reportero, el exsecretario federal de Agricultura y extitular de ASERCA, Francisco Mayorga Castañeda, señaló que el país tiene el reto pendiente de una regulación moderna que facilite una auténtica libertad a los jugadores económicos del campo mexicano para aprovechar los beneficios de los instrumentos financieros para su empleo oportuno; y a la vez que el Estado  haga una distribución más racional de los subsidios destinados a la comercialización de los granos y otras materias primas.

El agroindustrial jalisciense resaltó que el marco jurídico vigente no le permite a ASERCA ejercer sus recursos cuando el mercado concede ventaja a sus jugadores, ya sean los  agricultores o los compradores de insumos.

Afirmó que lo deseable es que  la banca privada financiara la compra de coberturas de parte de particulares (lo que ya autorizó el Banco de México). Pero al no tenerse subsidio para esto, no ha se generado  un entorno atractivo  para tal efecto.

Puntualizó que al no tenerse la opción de que la banca financie específicamente las coberturas u  otros instrumentos de administración de riesgos, se ha bloqueado que el desarrollo de un  mercado de productos financieros que mucho facilitarían un entorno de certidumbre ante la volatilidad de los precios.

Hizo notar que los subsidios manejados por ASERCA, como los que tienen que ver con apoyos a cabotaje, almacenaje y compensación de bases, han originado una distorsión del mercado agropecuario que inhibe la actuación de los distintos jugadores y que se desaprovechen los mecanismos financieros modernos.

Resaltó que los jugadores del mercado del maíz, sobre todo los agentes financieros, “tienen desconfianza de que decisiones políticas rompan los esquemas propios”; y por ello no se desarrolla un mercado especializado y enfocado a la administración de riesgos.

Regulación moderna

El  también exsecretario de Desarrollo Rural de Jalisco, indicó que entre las medidas que deben instrumentarse, son cambios a cargo del Poder Legislativo Federal para que ASERCA pueda manejar de otro modo su presupuesto, a fin de aprovechar los tiempos propicios que determine el mercado.

También, adujo, se requiere un sistema actualizado de normas de calidad de los granos, particularmente del maíz, de modo que    se fijen disposiciones precisas para la comercialización de las distintas presentaciones  del maíz que demandan el mercado para el consumo humano, animal e industrial del grano.

Asimismo, dijo que tienen carácter urgente un esquema de arbitraje para dirimir controversias en forma expedita; y un sistema de información en tiempo real sobre las existencias de inventarios que  brinde certidumbre de las mercancías disponibles.

Añadió que estos tres factores para que el gobierno se retire de los subsidios a la comercialización en forma adecuada, ya que actualmente “los subsidios benefician a los grandes agricultores y grandes compradores, como el caso de la transnacional Cargill”. .

EL DATO

Ya casi se cumplen 25 años de establecerse un esquema de administración de riesgos para el mercado agroalimentario en México. Lo que más se ha trabajo en esta línea son las coberturas (contratos para asegurar un determinado precio)  para su aplicación en  la agricultura por contrato del maíz y otras materias primas.

Este marco inició con  la retirada de Conasupo de la compraventa a gran escala del maíz y otros granos.