Pesca, la otra ganadería

SECTOR PRIMARIO, por Francisco Mayorga Campos

Dentro del ramo agropecuario escuchamos gran cantidad y variedad de nuevos negocios, ideas, proyectos, programas educativos y hasta disrupciones. La agricultura y la ganadería están experimentando una autentica renovación en todos sus niveles. No obstante hay dos componentes que generalmente olvidamos que también son fundamentales para el desarrollo integral del sector primario mexicano, estos son la pesca (y acuacultura) y el sector forestal, ambos con mucho potencial en nuestro país. Por ahora me concentraré en el sector pesca con algunos datos duros:

México cuenta con más de 11 mil Km de litorales, el tercero en América, la extensión de sus litorales es casi el doble que la terrestre, nuestro país es el número 16 en producción pesquera, la producción nacional es casi 1.5 millones de productos pesqueros, las principales especies explotadas son atún, mojarra, camarón y ostión y sardinas. Los principales estados pesqueros  Baja California, Baja California Sur, Sinaloa y Sonora  (el 63% de la producción pesquera del país)

Por lo anterior no cabe duda que nuestro país es privilegiado en este sentido, no obstante hay grandes limitaciones en el desarrollo del sector pesquero. La flota de embarcaciones está obsoleta, los incentivos a la explotación no están muy claros, existe un grave problema de pesca furtiva e ilegal; hay muy poca información estadística; hay mucho centralismo en los estados del norte;  la cadena de suministro está muy fragmentada y no hay una política clara de regeneración de pesquerías.

Por ejemplo, para la magnitud de la industria, pudiéramos pensar más aun que a estas alturas México ya pudiera contar con una industria de astilleros y con una flota de embarcaciones de investigación. Ambas son precarias.

También es bueno mencionar que hay ejemplos interesantes en la pesca. El caso de la pesca de atún y su controversia con grupos ambientalistas estadounidenses que aseguraban que en la pesca de esta especie había una afectación al delfín pues las redes atrapaban a ambas especies, se resolvió de forma favorable para México al demostrar las empresas atuneras que no había pruebas concretas que se estuviera afectando al delfín y que la tecnología con la que cuentan es eficaz para liberar a los delfines que acompañan a los atunes a la hora de la captura, dejándolos así sin alguna afectación. Otro ejemplo son los refugios pesqueros uno de ellos en Quintana Roo, de reciente creación en donde se permite a las especies explotadas un espacio para regenerarse y garantizar su conservación en el largo plazo.

En cuanto a la urgencia, hay algunos problemas en la pesca que todavía están sin resolver. El primero es el del pepino de mar, que su caza furtiva hace que esté amenazado y que haya altos riesgos para su captura al hacerse esta sin el equipo y las herramientas básicas; y la segunda es la de la vaquita marina, especie que está a punto de extinguirse porque queda atrapada en las redes de pesca de la totoaba, otra especie muy apreciada por el mercado negro asiático.

Finalmente, no solo en México sino en todo el mundo, la pesca es un ¨mundo aparte¨ que precisamente por desenvolverse una gran parte en aguas profundas, escapa a la vista y al interés de los actores sociales, políticos y económicos. Hay que decirlo que la sobre explotación es una realidad: la FAO estima que el 77% de las especies con valor comercial están afectadas en mayor o menor grado de sobrepesca.

Es urgente generar e implementar nuevos sistemas más responsables y sustentables por el lado de la pescar y producción (la acuacultura es una buena alternativa), pero también urge concientizar al consumidor para que vaya él también tomando partida en esta problemática y afecte los mercados como ya bien lo ha hecho en otros sectores.

@fmayorga00