INFORMES, PEQUEÑAS REVOLUCIONES Y EVOLUCIONES…

HUMANAS, por Circe López Riofrío

En esta época de informes de gobiernos municipales a un año de su elección, los discursos siguen siendo demagógicos, poco relacionados con la realidad, en la cual no se rinden cuentas ni tampoco se transparentan recursos, siguen una larga tradición que “afirma que lo que la gente quiere son obras que se vean” así sean estás de pésima calidad e irrelevantes, mientras que los temas que nos preocupan como: la pobreza, la inseguridad, el acceso al trabajo y a la justicia, van quedan de lado, tal vez si son mencionadas pero no hacen eco ni son asentadas por la ciudadanía.

Me resulta de poco interés un informe en el cual se le aplaude al orador que regularmente invitó a sus aliados y probablemente uno que otro acarreado, hasta el momento no he visto informes que sean realizados en las colonias, comunidades, calles, escuelas, avenidas, en donde las autoridades no se sienten a escuchar lo que la gente les pide sino hacer con la gente lo que la gente quiere hacer, probablemente temen que la realidad los rebase o tal vez también temen ser linchados o víctimas de la inseguridad. Me gustaría que los informes de gobierno sean diálogos y debates abiertos en horarios en que las personas puedan estar, y porque no, que sean espacios de evaluación del desempeño y recordatorio de sus ineficiencias e incumplimientos, en una palabra sean democráticos y no hegemónicos.

Pasará mucho tiempo en que estos formatos cambien, como también pasara mucho tiempo en que la ciudadanía sea quien calendarice los informes de rendición de cuentas de los gobiernos en turno y sea la ciudadanía quien rinda los informes de lo que al autoridad ha hecho en sus espacios.

Pese a toda esta arcaica forma de rendir informes, hay personas que están logrando transformaciones que trascienden a la inhumana y antisocial forma de construir políticas públicas, en actos reales y apegadas a la cotidianidad de las personas, y son esas pequeñas revoluciones y evoluciones que rompen con paradigmas y varios lastres fundamentalistas, y es que alguien decía que las utopías sirven para guiar los sueños y los anhelos libertarios y justos, sin embargo las luchas se llevan también en el corazón, el cuerpo y la mente tanto en los ámbitos privados como en los públicos.

Las luchas expresan también diversas maneras de resistencia o de evolución, y es así como considero que los derechos humanos de las mujeres, así como los sexuales y reproductivos, han ido avanzando y construyendo e infectando por así decirlo a las personas y tal vez de manera más lenta pero también se está tratando de que las políticas públicas sean humanas y humanizadas. Hoy más que nunca encuentro pequeñas revoluciones que no son nota en los medios, que no son parte de las políticas públicas ni tampoco parte de los marcos jurídicos, al menos en esta política pública que se sigue realizando la cual me resulta hegemónica, excluyente y asquerosamente corrupta.

Y es que he presenciado pequeños y breves informes contextualizados que van integrando a mujeres y hombres ocupados por transformar su realidad que enfrentan en temas como: violencia contra las mujeres y embarazos adolescentes, en los municipios de Acuitzio, Uruapan, Paracho, Lázaro Cárdenas y Apatzingán por señalar algunos, los cuales huelen a desesperanza y son aplastantes como la realidad.

Dichos temas no están en los informes de gobierno en los municipios, lo que aparece es cuanto clientelismo han fortalecido porque es más redituable administrar los problemas que solucionarlos. Como hemos señalado en otras ocasiones las mujeres son vistas por quienes diseñan la política pública en tanto víctimas no en tanto ciudadanas, paradigma que estamos seguras cambiara así tardemos otro medio siglo.

Y es que no hay espacios en donde las personas puedan hablar, comunicarse, conversar y porque no disentir para poder emprender la concreción de esas utopías que los fundamentalistas ven de manera amenazante porque implicaría la pérdida del poder y de un status quo que nos tiene hasta la coronilla porque aunque violenten la ley actúan como verdaderas mafias coaccionado y alentando desestabilizar aún más a este país con su nueva cruzada en contra de la diversidad sexual y el reconocimiento de sus derechos.

Y pese a toda esta violencia institucionalizada hay personas que día a día tratan de ser congruentes, respetando la ley sin agredir a los demás, en contra posición de quienes enarbolan improperios y confrontan ofensivamente a la divergencia para justificar su vileza y así –provocar ser mártir- y alentar el odio porque hay gente de verdad que le gusta ser odiado y como dicen los que saben solo quieren ver arder el mundo.

En tanto, hay otras personas que hacen uso de sus derechos sexuales y reproductivos negociando por ejemplo el uso del condón como una manera de protegerse de las infecciones de transmisión sexual; negándose a tener relaciones sexuales basadas en el condicionamiento que basan sexo por dinero o bienes materiales; otras están sembrando árboles ante la creciente ambición de ciertos empresarios que solo desean apoderarse de terrenos para sus negocios que nada tienen que ver con el bien común; otras personas hacen sus propias investigaciones para saber quién asesino a sus hijas y dar con los asesinos; otras personas organizan reuniones para mejorar sus espacios públicos y con ello restarle poder a la delincuencia; así como otras también han decidido hablar de la salud sexual y reproductiva con sus hijos e hijas como una forma de protegerles de la ignorancia y prevenir la sobre-erotización de sus hijas para consumo sexual; hay madres de familia que preocupadas por la obsesión de las redes sociales apagan el internet para obligar a sus hijos e hijas a aprender a socializar, dialogar y realizar tareas domésticas; hay quienes también decidieron aceptar que su diversidad sexual debe ser pública y respetada; hay también quienes se están organizando para prevenir de una vez por todas el embarazo adolescente y no con carretadas de condones, sino con el simple hecho de hablar con los hijos y con los hombres que están embarazando a las niñas y las adolescentes diciéndoles que es un delito y reprendiendo su indeseable e irresponsable conducta. Están también las mujeres sacando a las mujeres de la cárcel por ejercer sus derechos y luchando por despenalizar socialmente y descriminalizar judicialmente el derecho a una vida libre de violencia y a decidir sobre su cuerpo.

Y es que son esas pequeñas revoluciones las que logran hacer cambios en la cotidianidad, rompen con esos fundamentalismos que constriñen las libertades y que las orientan hacia la responsabilidad, hay quienes sin decir nada hacen mucho, hay quienes se preocupan por administrar las soluciones; hay quienes han empezado apagar el control de la televisión porque de verdad resulta insultante que ahora se enaltezca la vida martirizada de ciertos personajes que salieron de la pobreza para ser colocados como referentes de vida, nada más espantoso y asqueroso que esa visión pobrerista en que la adversidad no fue suficiente para salir adelante. Mientras tanto tenemos pequeñas revoluciones de atletas adolescentes y jóvenes en los juegos olímpicos que dan la cara aun con su derrota y evidencian  de la corrupción y la impunidad en que este país premia la ineptitud y el ejercicio del poder.

Son esas pequeñas revoluciones las que nos ayudan a definirnos qué tipo de personas queremos ser, opresores u oprimidos. No basta con el ya basta, la lucha es de todos los días y con ello la perseverancia, y usted que revolución ha comenzado?