CUANDO LAS REDES CONVOCAN A MANIFESTARSE

B-SOCIAL Por Brenda Orozco

Año 2017 y aún hay quien duda del poder de convocatoria de las redes sociales. En semanas pasadas fuimos asediados por memes, programas, noticias y publicaciones virales acerca de una joven de quince años que aparecía en un video con su familia invitando a su fiesta.

Por salud mental no abundaré más en el tema porque a esta altura todos saben lo que pasó: miles de personas se trasladaron a San Luis Potosí a una fiesta de alguien que no conocían. Como en todo, hubo indignados, entusiastas, haters, oportunistas e incrédulos, pero, en el país (e incluso medios internacionales) la famosa fiesta se convirtió en “el” tema.

Luego, como en una amarga broma del día de los inocentes, surgió la noticia de que la gasolina aumentaría sustancialmente y se daban a conocer 90 regiones en las que estaría dividido el país, cada una con un precio diferente y con próximas actualizaciones semanales y posteriormente diarias.

B-Social no es una columna de economía ni análisis parlamentario por lo que no desmenuzaré el origen del alza a la gasolina ni las fatídicas nefastas desafortunadas consecuencias. Me limitaré a resaltar el efecto y poder de convocatoria que han tenido las redes sociales en este tema.

El exceso de información.

En los instantes posteriores a la noticia surgieron los primeros llamados a la protesta y al boicot, pero principalmente circulaban fotos de gasolineras saturadas y calles paralizadas por el desabasto. El rumor de que se estaba acaparando o negando la gasolina para obtener una ganancia con el cambio de año era una constante en varios estados del país.  Se tomaban supuestas declaraciones de intelectuales o se compartían estados de expertos en el tema. El nivel de odio aún estaba en amarillo.

Además, hay que sumar a esto las interminables cadenas de whastapp, video incluido por supuesto, donde algunas veces se abordaba el tema con seriedad, pero otras tantas incluían más paranoia que propuestas en firme.

Las declaraciones desafortunadas

El secretario de Hacienda, José Antonio Meade declaró el 30 de diciembre que con el alza al precio de las gasolinas “ganan nuestros hijos porque no desperdiciamos la riqueza petrolera” y el flamante secretario de Medio Ambiente, Rafael Pacciano le completó diciendo que “Desde el punto de vista ambiental, eliminar subsidios a combustibles es una medida eficiente para combatir el #CambioClimatico.”

Después de esto las redes se volvieron, básicamente, locas. Les llovieron las críticas y en lugar de que sus mensajes resultaran tranquilizadores o al menos inyectaran un poquito de esperanza, resultó todo lo contrario. La buena noticia para sus asesores en estrategia digital es que ambos funcionarios subieron sus menciones en twitter y estuvieron presentes en muchas conversaciones; la mala es que la mayoría de esas conversaciones involucraban a sus respectivas madres.

La convocatoria a la acción.

Al acercarse el 31 de diciembre surgieron de manera más formal los llamados a la acción. Varios ciudadanos, líderes espontáneos y hasta grupos armados,  convocaron a protestas de toda clase, tanto pacíficas como radicales. En algunas ciudades pequeñas, como La Piedad, la mayoría aún nos conocemos, pero a lo largo del país muchos se unían con personas que no habían visto anteriormente.

Por primera vez, muchos dejaron el teclado y salieron a la calle al iniciar el año. Cada persona decidirá la forma de manifestarse, la Constitución salvaguarda nuestro derecho a hacerlo. Tal vez al momento de leer esta columna tú podrás estar de acuerdo o no con las protestas encabezadas por transportistas en la ciudad, tomarás una postura y opinarás en los espacios a tu alcance. Argumentarás que se perjudica al ciudadano de a pie o por el contrario, invitarás a los demás a unirse para “hacer algo”.

Mi objetivo hoy es invitarte al análisis, que te des cuenta que sí, que las redes sociales tienen poder e influyen marcadamente en la convocatoria, en los llamados a la acción. Aprovecha los foros donde la gente te lee para proponer y no para agredir. Te encontrarás a muchos que desacrediten tu postura o que te ofendan, pero sé tolerante y recuerda que todos somos libres de opinar, que lo que posteamos está a los ojos públicos; si no deseas que nadie te contradiga y sólo quieres likes, es momento de que salgas de las redes sociales, porque este es el reino de la comunicación bidireccional, te guste o no.

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